22 de octubre de 2008



México, Distrito Federal, a 22 de octubre de 2008
COMUNICADO DE PRENSA 000580


Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, en la asamblea informativa con mujeres y hombres del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, en el Hemiciclo a Juárez


Amigas y amigos:

Antes de iniciar mi intervención quiero informarles algo que nos duele mucho a todos. Hoy a las tres de la tarde falleció Gustavo Iruegas.

Les pido un minuto de silencio.

Gracias compañeros.


Amigas y amigos:

En esta asamblea vamos a tomar, entre todas y todos, la decisión que asumirá nuestro movimiento con relación a las reformas legales en materia de petróleo.

Ya escuchamos en voz del embajador Jorge Eduardo Navarrete y el ingeniero Ocampo, la opinión del grupo de técnicos, expertos e intelectuales que nos han acompañado durante esta lucha.

Ya también nos informó ampliamente y de manera precisa el senador Pablo Gómez del contenido de los dictámenes que se han elaborado con los alcances y limitaciones.

Yo quiero expresarles mi opinión, buscando ser lo más objetivo posible, y con el compromiso sincero de respetar lo que ustedes decidan como hombres y mujeres libres y concientes que son.

Empezaré recordándoles que después del fraude electoral, en la Convención Nacional Democrática, del 16 de septiembre de 2006, decidimos crear el Gobierno Legítimo, para continuar luchando por nuestros ideales, principios y por un proyecto alternativo de nación.

En ese entonces sostuve, entre otras cosas, que aceptaba la Presidencia Legítima, porque esta Presidencia simboliza las esperanzas, los esfuerzos y el anhelo de justicia del pueblo de México.

Asimismo expresé que el Gobierno Legítimo sería siempre la interpretación justa y cotidiana de los sentimientos, de los deseos de la gente.

Pero lo más importante es que desde el inicio definimos con mucha claridad nuestros dos principales objetivos: defender al pueblo y al patrimonio nacional y trabajar, desde abajo y con la gente, en la construcción de una nueva República para establecer una nueva economía, una nueva forma de hacer política y una nueva convivencia social, más justa, más humana y más igualitaria.

Desde hace dos años, hemos ceñido nuestra actuación al cumplimiento de estos propósitos. Hemos puesto todo nuestro empeño en la defensa de los intereses y de los derechos del pueblo.

Hay constancia de nuestras denuncias en todo aquello que afecta a indígenas, campesinos, obreros, trabajadores, maestros, comerciantes, pequeños y medianos empresarios, jóvenes, adultos mayores y mujeres.

Hemos participado en movilizaciones para la defensa del salario y de la economía popular, y constantemente estamos acicateando al gobierno usurpador, para que cambie la política económica y se beneficie al pueblo y deje de privilegiar a los potentados.

En cuanto a la protección del patrimonio nacional, emprendimos la lucha en defensa del petróleo con todo lo que ello implica y ustedes ya saben.

También hemos cumplido el propósito de trabajar en la organización ciudadana para llevar a cabo la transformación de la vida pública de México.

En este aspecto, lo alcanzado está a la vista: hoy estamos mejor organizados, hay más claridad sobre los motivos de nuestra lucha y millones de mexicanos tienen fincadas sus esperanzas en este movimiento.

De enero del año pasado a la fecha, he visitado mil 707 municipios y en febrero del año próximo habré llevado a cabo asambleas informativas en todos los municipios de régimen de partido que hay en el país, es decir, sólo me faltan 322 municipios.

Asimismo, contamos con más de dos millones de representantes del Gobierno Legítimo en casi todos los pueblos y ciudades de la República. En suma, contamos con la organización que representa la fuerza política más importante de México.

Por eso, pase lo que pase, se decida lo que se decida el día de hoy, este movimiento seguirá adelante con la firme convicción de transformar la vida pública de México, para rescatar al país del atraso y sacar a nuestro pueblo de la pobreza y de la marginación.

Para decirlo con mayor claridad: bajo ninguna circunstancia nos vamos a desmovilizar, la lucha continúa.

Ahora bien, ¿qué sigue?

Como es obvio, lo primero que tenemos que decidir es si aceptamos o no lo alcanzado hasta ahora en la defensa del petróleo, en el entendido que si se decide aceptar lo que hasta ahora se ha logrado, tenemos que estar pendientes para que se cumplan los compromisos y crear, con ese fin, comités de vigilancia para verificar contrato por contrato y obra por obra y evitar que, en realidad, no haya privatización, ni se viole la soberanía ni la Constitución y no se permita la corrupción en Pemex.

Si no se acepta lo alcanzado y se decide ir por más, como es obvio, desde mañana, muy temprano, tendremos que estar frente al Senado, impidiendo que se aprueben los dictámenes en materia de petróleo.

Pero ¿qué más seguiría?

Hay algo que, como todos sabemos, es fundamental: tenemos que poner en marcha un plan para defender la economía popular, ante la grave crisis que se está padeciendo.

Fuimos los primeros en advertir, desde hace 14 meses, que se estaba gestando la crisis en Estados Unidos y que debíamos fortalecer nuestra economía, proteger a la gente, para no quedarnos como víctimas pasivas del derrumbe del sistema financiero internacional.

Hoy todavía el gobierno usurpador, todavía hasta ahora Calderón sigue declarando que no pasa nada y no ha tomado realmente ninguna medida en beneficio del pueblo, si acaso está empeñado en rescatar a los potentados, a los de arriba.

¿Cómo no va a pasar nada, si ya de por sí había falta de crecimiento económico, desempleo y carestía? Y ahora, de acuerdo a nuestros asesores en economía, por la reciente crisis financiera y la devaluación del peso, el pueblo de México ha perdido 15 por ciento de sus ingresos disponibles.

Es decir, se ha empobrecido aún más. Y desgraciadamente todavía viene lo peor.

Por eso, vamos a seguir presionando para que se utilice todos instrumentos con que cuenta el Estado mexicano: presupuesto, leyes, decretos, programas, subsidios, controles, regulación, entre otros, para proteger a los sectores productivos y a la población.

También reitero: vamos a seguir demandando que en el Congreso de la Unión, se suscriba y se lleve a cabo un pacto en apoyo a la economía popular, para garantizar, en una primera etapa, que no sigan aumentando; es decir, que se congelen los precios de los siguientes alimentos, productos y servicio.

Voy a leer la lista, en todos estos casos, en el tiempo que llevan usurpando el gobierno ha habido aumentos en promedio del 100 por ciento: tortilla, pan, agua, leche, huevo, frijol, lenteja, arroz, aceite, carne de res y de cerdo, pollo, café, azúcar, pastas para sopa, gasolinas, diesel, energía eléctrica, gas, teléfono, transporte público, medicamentos, renta de viviendas, colegiaturas, predial y peajes de carreteras.

Vamos a insistir en que se congelen de inmediato los precios de estos alimentos, productos y servicios.

Tenemos que actuar así, por convicción, por humanismo, y también porque de no hacerlo, habrá más zozobra, tensiones familiares, frustración y descomposición social que, estoy seguro, a nadie conviene ni nadie desea.

En pocas palabras, ahora más que nunca, ante el vacío evidente del gobierno usurpador, nosotros, todos, tenemos que seguir gobernando desde abajo y con el pueblo.


Amigas y amigos:

Ayer dijimos que aquí resolveríamos sobre el camino a seguir en cuanto a la reforma en materia de petróleo.

Dijimos que este movimiento tiene como característica principal que está integrado por mujeres y hombres libres y conscientes, que están, a pesar del bloqueo, informados, que tienen, sobre todo, un instinto certero, que saben lo que conviene y lo que no conviene y a eso nos atenemos, a lo que cada una, lo que cada uno de ustedes, decida de manera libre, el día de hoy.

Antes de recoger la opinión de todos, quiero expresarles que voy a actuar en función de lo que ustedes decidan.

Si están, a lo mejor algunos esperando que yo inclinara la balanza, no va a ser así, porque estamos partiendo del principio de que tenemos un pueblo extraordinario, que este es nuestro tesoro.

Sí somos importantes los dirigentes, pero no, lo importante es el pueblo. Además ¿qué es un objetivo de este movimiento? Que hagamos la política de manera distinta, que haya una nueva manera, una nueva forma de hacer política.

¿Cuál es la política que siempre se ha seguido, la política tradicional? Aquella en donde todos los intereses cuentan, menos el interés del pueblo.

¿Cuál es la política que siempre se ha seguido? Que siempre se decide arriba y que además se desprecia a la gente.

¿Qué se decía y desgraciadamente se sigue sosteniendo? Que la política es asunto de los políticos. No, la política es asunto de todos, la política y también la economía, nada que vaya a ser asunto nada más de los tecnócratas. ¡Imagínense!

Es asunto de todos. Muchos de los que están aquí tienen más conocimiento sobre estos temas y sobre otros, que nosotros que somos dirigentes.

De modo que no podemos nosotros tomar decisiones a espaldas del pueblo, vamos a que ustedes los que decidan y nosotros vamos a obedecer.

De la misma manera les pido a todas y a todos que aceptemos cualquiera que sea el resultado.

Lo voy a repetir, la verdad que no hacer falta, pero no está por demás, les pido que aceptemos, todos, cualquiera que sea el resultado.

Esa es la democracia. En la democracia es la mayoría la que decide, entonces tenemos que aceptar esa regla. Les propongo que hagamos un receso para organizarnos y llevar a cabo este proceso de consulta.

Les propongo que el proceso de organización de esta consulta sea encabezado por Octavio Romero Oropeza, secretario para la Honestidad y Austeridad Republicana del Gobierno Legítimo, y por todas y todos los coordinadores de brigadas y por los representantes de los comités en defensa del petróleo de cada uno de los estados.

Les pido que después de votar, nos quedemos a esperar los resultados y me permitan, para esas horas, espero que lo hagamos lo más pronto posible, me permitan terminar mi intervención.

Vamos a que cada quien exprese lo que considere y vamos a dejarle la palabra a Octavio Romero Oropeza.

Muchísimas gracias amigas y amigos.


Octavio Romero Oropeza, informa sobre los resultados de la consulta:

Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de México.

Compañeras y compañeros.

Procederemos a informar a ustedes los resultados de la consulta de la reforma a Pemex, que hemos organizado hace unos momentos.

Se instalaron 111 casillas. Con el resultado de 107, éstos son los números: Votaron 17 mil 337 compañeros y compañeras. Por la opción número uno, que dice: Aceptar lo hasta ahora logrado, vigilar que se cumplan los compromisos y seguir luchando para evitar cualquier retroceso que signifique violar la Constitución, privatizar o que continúe la corrupción en Pemex, votaron 4 mil 713 compañeros, que es el equivalente al 27.2 por ciento.

Por la opción número dos, que dice: Iniciar desde mañana mismo, antes de la aprobación de las reformas en materia de petróleo en el Senado, las acciones de resistencia civil pacífica hasta lograr que se incluyan las demandas pendientes, votaron 11,999 compañeros, que equivale al 69.2 por ciento.

Hubo 625 votos nulos, que equivalen al 3.6 por ciento.

Es cuanto señor presidente legítimo de México.

Andrés Manuel López Obrador:

Amigas, amigos.

Así hemos decidido, tomando en cuenta la voluntad, el punto de vista de cada una, de cada uno de ustedes.

Tenemos que hacer valer este mandato, todos juntos.

¿Se acepta este resultado?

(La asamblea responde sí)

¿Vamos a actuar todos juntos?

(La asamblea responde sí)

A mí sólo me queda decirles que vamos a iniciar, como es la voluntad mayoritaria, las acciones de resistencia civil desde mañana a las siete de la mañana.

Aquí nos vamos a volver a reunir.

Les pido a todas, a todos, su participación. Todos tenemos que estar en esta lucha, que implica –lo hemos dicho en otras ocasiones y lo repito ahora—esfuerzos, sacrificios, pero no es en vano.

Estamos defendiendo el petróleo, que es defender el presente y el futuro de nuestro pueblo y de la nación.

Miren, la madurez, la responsabilidad, de todas y de todos ustedes. Uno de los temas por los cuales no se acepta esta reforma tiene que ver con la resistencia de el PRI y del PAN, de las cúpulas de esos partidos, y de sus jefes, para que se establezca con mucha precisión en las leyes que no se van a otorgar contratos que signifiquen concesionar áreas, lotes, bloques de nuestro territorio a empresas ni nacionales ni mucho a empresas extranjeras.

Cuando nuestros compañeros legisladores hicieron la propuesta de que se incluyera esta prohibición, se negaron rotundamente.

Hemos actuado con mucha prudencia. Lo hemos dicho en otras ocasiones, lo repito ahora, no somos rebeldes sin causa, pero en este tema en particular no podemos permitir ambigüedades. Conocemos bien nuestra historia.

Saben ustedes que durante el gobierno de Miguel Alemán se entregaron los llamados contratos-riesgo y en ese entonces se concesionaron grandes extensiones de tierras y de agua a empresas extranjeras, que llegaron a tener casi cuatro millones de hectáreas en toda la costa del Golfo de México, desde Tamaulipas hasta Campeche.

Por eso, siendo director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, se cancelaron los contratos-riesgo en 1970.

Si ahora los de las cúpulas del PRI y del PAN pregonan que no quieren la privatización, entonces ¿por qué se niegan a que con mucha precisión se establezca en las leyes que no se va a entregar áreas, kilómetros cuadrados a empresas extranjeras para la exploración y para la perforación de petróleo.

Eso es lo que queremos que se establezca con claridad. Si ese tema fundamentalmente se precisa, entonces nos volveríamos a reunir y volveríamos a decidir qué hacer, pero si ese asunto no se acepta, si este tema fundamental no se acepta, si quieren mantener esa ambigüedad para que el día de mañana nos amanezcamos con que ya le entregaron un bloque, un lote, kilómetros cuadrados, a Repsol y otro a la Shell y ya distribuyeron nuestro territorio para explorar y para perforar petróleo.

Entonces ¿cómo quedaríamos todos los que estamos aquí? Nos reprocharían los mismos mexicanos que ahora quisieran de que todo se arreglara. Claro que todos queremos que se arreglen las cosas, no es por gusto que estamos en este movimiento.

Vamos resolviendo este asunto y nos volvemos a reunir cuando ellos, con mucha claridad, acepten la prohibición de que se entreguen estos bloques, estas áreas de nuestro territorio para la exploración y para la perforación del petróleo.

En tanto, ellos le piensan y deliberan allá sobre este y otros temas, nosotros ya desde mañana vamos a reunirnos aquí, para ir hacia el Senado y no permitir que se apruebe ninguna reforma.

¿Vamos a estar aquí mañana, desde las siete?

(La asamblea responde sí)

¿Levanten la mano aquellos que van a estar?

Bueno, aquí nos vemos a las siete de la mañana.

Aprovecho para hacer un llamado a todos los defensores del petróleo en el país, brigadistas, mujeres y hombres, ciudadanos que aunque no participan en brigadas, sí simpatizan con esta lucha.

A todos les hago un llamado para que nos concentremos aquí, en la Ciudad de México, de inmediato, desde mañana, si se puede, desde muy temprano.

De todo el país, tenemos que reunirnos aquí.

Les pido también a todos los coordinadores de brigadas del Distrito Federal, mujeres y hombres, que nos reunamos más tarde en las oficinas de la Presidencia Legítima, para ponernos de acuerdo.

También les pido a los coordinadores de los comités en defensa del petróleo en los estados que nos reunamos en las oficinas, terminando este acto.

Y a ustedes qué les puedo decir, que nos vemos mañana, pero que los felicito y que es un honor ser dirigente de mujeres y de hombres libres como ustedes.

¡Que viva la resistencia civil pacífica!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!


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